noviembre 10, 2009

UN CUENTO

EL DIAGNÓSTICO Y LA TERAPEUTA

El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos, cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras nos delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces. El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir. No lo impide el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia; tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas. No hay decreto de gobierno que pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados, infalibles brebajes con garantía y todo.
Eduardo Galeano
Imagen: www.gemolab.com

2 comentarios :

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Lo jodido es que rara vez nos lo contagia la persona adecuada.
Un saludo

Anónimo dijo...

¡Extraordinario texto!