junio 11, 2012

Canto trigésimosegundo

Hará unos veinte días puse una rosa en un vaso
encima de la mesita que hay junto a la ventana.
Cuando me di cuenta de que todas las hojas
se habían marchitado y estaban a punto de caer
me senté frente al vaso
a ver morir la rosa.
Estuve un día y una noche esperando.
El primer pétalo cayó a las nueve de la mañana
y lo hizo en mis manos.

Nunca he estado junto a un lecho de muerte,
ni siquiera cuando murió mi madre.
Yo estaba de pie, lejos, al final de la calle.

TONINO GUERRA
(De La miel, 1981)

1 comentario :

Tesa Medina dijo...

Una vez, estuve junto a un viejo caballo mientras moría.

Él recostado sobre la hierba rala, yo, acuclillada a su lado le acariciaba la parte delantera de su cabeza y el belfo por donde apenas se escapaba el aire, y le hablaba.

En un momento mágico e inolvidable, el caballo lloró, sólo fue una gruesa lágrima... que se unió a las mías.

El poema de Tonino Guerra ha actuado como un clic que ha abierto este lejano recuerdo.


Un abrazo, Ada.